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Los feminicidas son cada vez más jóvenes y emplean más crueldad

Un adolescente de 17 años confesó que estranguló y agredió sexualmente a su enamorada en Potosí. Alberth R., de 19 años, asesinó a golpes y cortes de cuchillo a su novia de 16 años que estaba embarazada en Pampa Grande (Santa Cruz).

En La Paz, Matusalem Mancilla, de 22 años, ahorcó, golpeó y descuartizó a Mayerly C., de 18 años, con quien tuvo una relación. Confesó el crimen y tiene antecedentes de infanticidio.

Estos tres crímenes ocurrieron en lo que va del año y causaron conmoción en el país por la crueldad de los ataques y por la edad de los feminicidas. En los tres casos, los agresores no pasan los 25 años de edad.

De acuerdo con el registro que fue elaborado por Página Siete, desde enero hasta la anterior semana, tres victimarios tienen entre 15 y 17 años de edad y 22 van entre 18 y 29.

17 de los agresores están entre 39 y 59. Dos de los agresores tienen más de 60 años. El resto no fue identificado.

Este reporte periodístico revela, además, que del total de los 90 feminicidios, la mayoría de los agresores tenían una relación amorosa con su víctima. Al menos 46 eran esposos o novios. 17 eran exparejas. (Ver infografía)

En seis feminicidios dos o más agresores. Y por eso suman al menos 97 personas, entre los que confesaron los crímenes y los que son los principales acusados.

¿Cuál la situación actual de los victimarios? Según el registro de este medio, nueve recibieron sentencia, uno es menor de edad. Nueve se quitaron la vida luego de cometer los asesinatos y 22 guardan detención preventiva en cárceles de alta seguridad y centros juveniles. Del resto no se conoce su situación.

Más jóvenes, más crueles

De acuerdo con la periodista y feminista Patricia Flores, el registro de feminicidas más jóvenes es muy alarmante porque este agresor seguramente creció en un hogar de extrema violencia”.

Según la experta, el feminicidio se gesta desde la niñez, “en hogares donde la violencia es el aire que se respira y se desayuna”. “Es la violencia con la que se educa y con la que se establecen relaciones sociales”, explicó.

Desde enero hasta la fecha, nueve feminicidas se quitaron la vida luego de cometer los crímenes. Dos de ellos mataron a sus esposas e hijos. Los casos se registraron en Chuquisaca y Potosí.

Para terminar con la vida de las víctimas, siete agresores usaron cuchillos, martillos, picotas y armas de fuego. Dos estrangularon a sus parejas, según el registro.

La psicóloga Margaret Hurtado explicó en una entrevista anterior que un feminicida-suicida se caracteriza por ser “un gran depresivo”, es decir una persona que no tiene ganas, no tiene fuerzas ni ánimo. Según la especialista, también hay otro tipo de depresión que se caracteriza porque la persona está completamente activa y con un tinte agresivo.

El psicólogo forense Carlos Velazco aseguró que un feminicida-suicida también “es dependiente” porque cree que el eje de su vida es su pareja y sin ella no tiene sentido.

“Ante la posibilidad de la pérdida, tiene pensamientos erróneos, machistas y de otro tipo que provocan el feminicidio y luego el suicidio”, comentó.

Destacó que estos agresores -por lo general- “amenazan” y son “autoritarios”. “Ellos dicen: ‘si no estás conmigo, no estás con nadie’, ‘si me dejas, me mato o te mato’”, explicó.

Pagina Siete.