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Juan Bascopé: luto y un encierro de siete años sin sentencia ni pruebas

Su esposa falleció el lunes en el municipio de Apolo. Él no pudo despedirla y tuvo que llorar su muerte en su celda del penal de San Pedro, en la ciudad de La Paz. Juan Bascopé es el único comunario apoleño que está detenido casi siete años acusado de matar a cuatro personas, pero la Fiscalía no presentó ninguna prueba en ese tiempo y tampoco comenzó el juicio oral. El acusado está abandonado.

Elsa Flores Álvarez falleció el lunes 3 de enero. Dejó en la orfandad a tres hijos y cuatro nietos, según un reporte de Radio Tv Apolo. Bascopé, a cientos de kilómetros de distancia, se enteró de la muerte de su esposa en la cárcel, desde donde no pudo hacer nada más que llorar. La fallecida fue enterrada el martes en su comunidad.

“Mis sentidos pesémes Don Juan. Realmente es lamentable y muy triste todo lo que le pasa, algun momento Dios le va a bendecir y todo será diferente. Da mucha decepción e impotencia hoy en día el sistema judicial de nuestro país”, escribió Joselo Gamez, comunario de Apolo en la publicación de la muerte de Flores que hizo Radio Tv Apolo.

Hasta el año 2018, la esposa de Bascopé y sus hijos vivían en la cárcel junto con él. Alquilaron una celda e instalaron un puesto de venta de choripanes. Su hija mayor vive en La Paz con sus hijos y había decidido no regresar a Apolo porque todo quedó abandonado allá.

Pero su esposa regresó a la población paceña. No se conoce aún en qué circunstancias perdió la vida la pasada semana.

Detención y tortura

Dos militares, un policía y un médico recibieron impactos de bala y murieron el 19 de octubre de 2013 en un enfrentamiento con comunarios de Apolo que se negaban que haya erradicación en esa zona, entonces los esperaron con armas. Pero Bascopé no se dedicaba a sembrar coca, él hacía miel que distribuía en zona continuas a su comunidad.

Meses después, el 21 de julio de 2014, Bascopé fue detenido, acusado de haber matado a esas cuatro personas. Fue uno de los últimos en ser aprehendido, no obstante una veintena de sospechosos fueron liberados con el tiempo, excepto él.

Según su testimonio, policías irrumpieron en su casa y lo sacaron a rastras. Después lo llevaron a otro lugar de la ciudad de La Paz, donde lo torturaron.

Desde ese año que no sale de la cárcel. En todo este tiempo no conoció qué fiscal estaba a cargo de su caso, debido a que fueron cambiando los investigadores. Asimismo, Bascopé perdió varios abogados, pues al no tener la certeza de que la pesquisa avance, los jurista lo abandonaban.

“La situación de este señor que fue detenido por el caso Apolo sigue siendo la misma. No hay información para que el caso avance, tampoco se conoce en qué está la investigación, es decir que está en el limbo, como hace años”, dijo uno de los que fuera su abogado, que evitó dar su nombre porque dijo que quiere mantenerse alejado del caso.

En 2018 se conoció que la investigación de Bascopé no fue ni siquiera registrada en el sistema del Ministerio Público, lo que afectaba el avance.

Hoy la situación es la misma. El comunario de Apolo que se dedicaba a vender miel es un preso más del penal de San Pedro, aunque los otros sí conocen su estado jurídico. Bascopé es el único preso del caso, los otros gozan de libertad desde hace años.
Página Siete

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