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«El MAS es el mayor opositor del MAS»

Rodrigo Paz Pereira, senador por Tarija de Comunidad Ciudadana (CC), advierte que una tríada de normas -aprobadas por la mayoría del MAS en la ALP- ponen en riesgo las libertades democráticas. “Crean un zar para la investigación financiera y un zar del control de las instancias de la Policía”, sostiene. Añade que hay una vieja Bolivia que vive en el Chapare y una Bolivia del futuro que se proyecta en polos de desarrollo como Santa Cruz y El Alto. La reconciliación del país es posible -afirma- y “vendrá del propio pueblo”.

Ha crecido en la política. Su tío abuelo fue Víctor Paz Estenssoro y su padre, Jaime Paz Zamora, ambos expresidentes y protagonistas de la historia boliviana del siglo XX. Vivió su niñez y adolescencia en el exilio, con su familia que rotó por 10 países en medio de amenazas y un atentado de aviación contra su padre. Por eso la política no fue su primera opción.

“Trabajé en el ámbito privado hasta que pesó más la vocación que llevaba en la sangre. La voz de mi tío Néstor Paz Zamora, que concebía el servicio público como un espacio para construir espacios amables”. A los 33 años saltó a la política con respaldo de su esposa, sus cuatro hijos y su padre.

De don Jaime heredó no sólo la la voz grave. “Él está sano, guapo. Jaime Paz es un referente indiscutible de la construcción democrática y hoy más que nunca está con una madurez política extraordinaria y una capacidad mayúscula para aportar con su sapiencia a la Bolivia del siglo XXI. Creo que los bolivianos no sabemos la enorme fuente de sabiduría, de biografía política de Jaime Paz y no lo digo como hijo sino como político, como profesional, como ciudadano”.

¿Es posible hacer una oposición significativa ante la mayoría del MAS en la Asamblea Legislativa?

La oposición tiene que ser una instancia de la denuncia de la sociedad civil, porque con el cambio de los dos tercios se puede actuar poco o nada en el Parlamento. El debate real está en las calles. Se equivoca la oposición si quiere ubicar su ámbito de actuación sólo en el Parlamento.

Creo que la oposición de este Gobierno es el propio Gobierno. Las instancias de un partido cuya visión de la gestión pública están agotadas, como está agotada su capacidad de generar políticas públicas y una visión nacional. Su 20/25 como proyecto está a la vuelta de la esquina y no hay más. Por ende, lo que está haciendo ahora es no responder a la nación que le ha dado el 55% de los votos con una claridad puntual: resolver la crisis económica, sanitaria y no bloquear el país. Y no está resolviendo ni la economía ni la salud ni la convivencia.

El mayor problema que tiene el Gobierno es el propio Gobierno. Hay un núcleo de poder que está generando una serie de normativas para consolidar un poder ante el desenlace que puede tener la falta de soluciones a la crisis ante lo que puede revelar el censo, que será estratégico para el país y el pacto fiscal. El debate se va a generar entre una suerte de imposición de lo plurinacional versus lo plurirregional.

Lo plurinacional es una realidad pero es una imposición; el censo desnudará que Bolivia nace con sus regiones y éstas son los motores de la patria que tiene plurinacionalidad. Esto es fundamental y el censo obligará a repensar el pacto fiscal en un momento crítico y ahí se podrá medir la capacidad de consenso y diálogo del Gobierno nacional.

¿Ello implica un perspectiva de federalismo en el país?

De ninguna manera. Las regiones son las promotoras del desarrollo dentro de una visión plurinacional, no se contradicen. Me preocupa la visión del gobierno del MAS de recuperar la lógica de lo nacional popular, que no es estrictamente democrática, frente a lo que debería imponerse, en mi opinión, que es lo popular democrático.

¿En qué se diferencia lo “nacional popular”, que es un concepto de Zavaleta Mercado, de lo “popular democrático” que plantea?

En que en lo popular democrático básicamente la democracia es un tema central dentro del desarrollo de la visión nacional. La primera concepción es popular, es nacional pero la democracia no entra en juego. En la visión de lo popular democrático, lo nacional requiere de la democracia como elemento de construcción. Entonces, ahí hay choque de percepciones y de valores. Es muy diferente la democracia del ampliado que la democracia ampliada. Es diferente el populismo, hacer canchas, por ejemplo, de lo popular, que es hacer colegios y hospitales. Con esta visión, el Gobierno lanza leyes para perpetuarse y pongo como ejemplo lo que llamo “la tripleta” de normas recientemente aprobadas.

Precisamente ha cuestionado la ley contra la legitimación de ganancias ilícitas y el financiamiento del terrorismo y también la ley de ascensos de la Policía Boliviana. ¿Qué riesgo ve en ellas?

Son tres normas las que componen la “tripleta”, como la llamo. Una es la de ley contra la legitimación de ganancias ilícitas, que tiene como fondo el empoderamiento de una unidad de investigación financiera. Ésta tendrá la potestad de ingresar a cuentas, propiedades y acceder a llamadas privadas; además, podrán arrestar a comerciantes, empresarios, transportistas, entre otros. Esa norma genera un zar, el Ministro de Economía, que puede ordenar investigar a cualquier boliviano. En el modelo de gestión de Bolivia tenemos gran informalidad que no significa ilegalidad; entonces, cualquier acción financiera podrá ser castigada por el solo hecho de no tener respaldo de una acción administrativa. No sólo es un tema de control de la sociedad sino que puede generar un proceso de extorsión a la sociedad.

La segunda norma es el reglamento que debe ordenar la ley anticorrupción, que implica una reforma al Código Penal, que no pudieron cambiar por las movilizaciones de los médicos en 2018. Con la reforma habrá castigos que afecten el desempeño de la labor profesional. Si cualquier boliviano cae preso por un proceso y paga con cárcel, se sumará la prohibición de ejercer su profesión por el mismo tiempo que purgó en prisión. Así será para abogados, políticos, médicos, para todos.

Y la tercera ley, que se aprobó el jueves, es la de carrera de generales y de ascensos de la Policía Boliviana, que es básicamente una reforma con una ley ordinaria a una ley extraordinaria que manda la Constitución para ascenso de generales; pero que en el fondo lo único que hace es dar el mando político de la Policía al ministro de Gobierno de turno, es algo inédito. Desde la fundación de la Policía por el general Sucre jamás hubo una incidencia política en el comando de la Policía Nacional. Y ese ministro homologará los ascensos en la Policía en todos los niveles. El debate es que si él no los homologa, no hay ascensos.

Entonces ya tenemos un zar de la investigación financiera, que es el Ministro de Economía y ahora vamos a tener un zar del control de las instancias que, es en mi opinión, consecuencia de lo que pasó en 2019. Estamos ante dos normas que controlan el ámbito jurídico y una norma que controla el ámbito de represión.

Eso se prepara en función de lo que vaya a pasar en el país en el futuro inmediato. Si el Gobierno sigue sin dar respuestas efectivas a la crisis económica y sanitaria, que nos ha cambiado la vida a todos y se suma el próximo año un censo, que modificará el pacto fiscal, Bolivia entrará a un espacio muy conflictivo. Por eso insisto en que el Gobierno debería realizar una serie de acuerdos nacionales previos a estos momentos.

Pero no lo hace porque la filosofía del masismo se basa en la contradicción constante, en el enfrentamiento. Y el mayor problema de tropezarse con una piedra dos veces es agarrarle cariño a la piedra. Porque los 196 años de Bolivia están demostrando históricamente que los bolivianos, siempre que sienten que el partido de Gobierno y el líder de turno no está preocupándose por sus intereses, por su futuro, paran los procesos. Eso fue el 21F, eso fueron 21 días de movilizaciones de 2019.

El Gobierno ha cerrado el caso fraude con el informe Salamanca. ¿Forma ella parte de esa lógica del conflicto?

Es muy doloroso para un país y sus instituciones que un profesor y dos estudiantes nos indiquen qué nos pasó y ello después de que un estudio de la OEA determinara que aquí hubo un problema de fondo. Y que Bolivia como Estado considere que un estudio informático remoto sea suficiente para refutar un fraude. Debe ser uno de los signos más grandes del Estado improvisado, que seguimos siendo, no sólo en la justicia, seguimos siendo un país alquilado. Bolivia no ha ofrecido al mundo un modelo de gestión económica que tenga autonomía, seguimos siendo extractivistas, nos alquilan, nos usan y nos dejan.

El cierre del caso fraude, la persecución del caso golpe muestran el miedo del partido de Gobierno por mantenerse en el poder. La tripleta de leyes también es reflejo de ello y de que la vieja Bolivia del siglo XX está en el Chapare y la nueva Bolivia condensa lo que el país ha construido en los últimos años; por ejemplo, ha construido Santa Cruz, ha construido El Alto.

En este escenario polarizado, ¿cree que la reconciliación en el país sea posible?

No sé si la señora Jeanine Añez llegue a comprender la dimensión de lo que pasó en su gobierno. Tendrá ahora que generar, junto a muchos de sus ministros, descargos por procesos de corrupción pero su mayor responsabilidad es no haber comprendido la transición como un proceso de reconciliación nacional. Ahí estaba. Luego hay un proceso de mantener la pugna por parte del MAS.

Si bien el Gobierno dio algunas señales de reconciliación a través del señor Choquehuanca, al final vuelve a lo mismo: a la contradicción, al enfrentamiento como forma de construcción de un relato para buscar por lo menos tener a los suyos bajo el poncho y los convence. Es increíble ver en el plenario del Senado esta poco democrática vigencia del caudillismo. Creo que en lo popular democrático a futuro los caudillismos tendrán poco que aportar porque la democracia permite la renovación de liderazgo. La reconciliación la va a lograr el pueblo; está claro, así como lo hizo los 21 días aunque la señora Añez y su equipo no lo hayan entendido de esa manera.

Hay que aprender de la experiencia. Goni y García Linera no se diferencian en mucho, Goni desde el pensamiento de la atmósfera Washington vio a Bolivia desde fuera y García Linera, desde la atmósfera marxista, también vio a Bolivia desde fuera, cuando Bolivia tiene sus propias realidades, sabidurías. Entonces, no debemos repetir eso de mirarnos desde fuera cuando Bolivia es capaz de reconstruirse en base a sus valores propios, desde dentro.

Yo no quiero el capitalismo salvaje a donde nos quería llevar Goni pero tampoco quiero un indigenismo marxista donde nos quería llevar García Linera y un agrupo asociado al masismo. Tengo mi condición de convivencia. Expresiones del propio Choquehuanca plantean el Qhapaq Ñan como camino de integración, para sanar bien, pero no lo aplican. Necesitamos un proyecto que nos permita existir como país o esta convulsión va a ser cotidiana, cada gobierno va a seguir persiguiendo al anterior.

¿Este proyecto de país está en Comunidad Ciudadana?

Comunidad Ciudadana es una necesidad democrática y creo que tiene en Carlos Mesa un liderazgo de vocación profundamente democrática. CC es alianza; por ejemplo, yo vengo de Primero la Gente, que tiene raíces diversas. CC tiene una prueba de fuego en proyectar una visión, un proyecto nacional que necesita ideología, programa e institucionalidad, un programa que está en construcción. En todo caso lo que hizo CC ya es enorme. No comparto el criterio de CC como fracaso electoral, más bien ha sido el resultado de lo que Bolivia ha querido que sea. El nacer en política ya es un valor cuando los tribunales electorales te persiguen, la justicia te persigue y todo un Estado te persigue por plantear nuevas ideas al país.

¿Dónde se ve en 2025?

Me veo como parte de un proyecto nacional. Entendiendo el valor fundamental de la democracia y creo que hay una generación a la que nos toca entrar en cancha para generar un aporte para 80 años de este siglo, ojalá me lo permitan. Creo sinceramente que los bolivianos aman a su país, a sus familias, a sus vecinos. No entiendo por qué algunos desde el poder nos quieren romper ese valor de amar a tu prójimo, a tu pago, a tu patria.

HOJA DE VIDA

Senador Rodrigo Paz fue alcalde de Tarija y con su agrupación Primero la Gente ganó un curul en el Senado en alianza con CC.
Trayectoria Fue diputado uninominal y presidente del Concejo de Tarija.
Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales con especialidad en Economía.

Pagina Siete

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