Policía aún no retornó a algunas poblaciones del Trópico por infraestructura destruida y reticencia de sus autoridades
El comandante regional de la Policía en el Trópico de Cochabamba, coronel Silvio Terrazas, informó el jueves que todavía no se pudo restituir el servicio integral de la institución del orden en algunas poblaciones de esa región del país, debido a la falta de voluntad de sus autoridades locales y la infraestructura destruida.
«Tenemos unidades policiales que son más pequeñas, por ejemplo, en Villa 14 de Septiembre y Eterazama, que dependen del municipio de Villa Tunari, (y a donde) aún no han retornado los policías porque no se ha podido realizar la coordinación debida con sus autoridades municipales de la región», dijo.
Terrazas, en un contacto telefónico con la radio Panamericana, agregó que durante este último tiempo no hubo ninguna predisposición de parte de esas autoridades para el retorno de los uniformados e incluso se han opuesto siempre a reunirse con los jefes policiales.
«En Bulo Bulo tampoco se ha restituido el servicio policial porque la infraestructura está completamente dañada y destruida, por lo tanto, no existen las condiciones mínimas de habitabilidad para que el personal policial pueda tener una permanencia en las condiciones básicas de subsistencia», señaló.
Sin embargo, sí se logró restituir los servicios policiales en los cinco principales municipios del Trópico: Shinahota, Chimoré, Ivirgarzama, Entre Ríos y Villa Tunari.
Aunque los propios uniformados en esos sitios han tenido que trabajar -según Terrazas- para mejorar al menos un poco las instalaciones haciendo la limpieza y removiendo los escombros, después de que durante los hechos de violencia de 2019 fueron severamente dañados.
Además, ahora «estamos realizando las gestiones y esperemos en el menor tiempo posible se inicien las refacciones de la infraestructura y del equipamiento (por ejemplo) del Comando Regional de Villa Tunari, que ha sido la infraestructura policial más dañada de todo Trópico», apuntó.
A mediados de abril, los policías empezaron a retornar al Trópico y luego sus servicios fueron interrumpidos de manera momentánea por una violenta movilización en Shinahota, que expulsó a los efectivos, aunque finalmente, tras un acuerdo entre dirigentes y autoridades, nuevamente volvieron los uniformados a esa región.
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