Gobierno asegura que suspensión de exportación de aceite comestible no afectará a la industria oleaginosa

  • La medida busca garantizar el abastecimiento a precio justo y será levantada “a la brevedad posible”, según el Viceministerio de Comercio y Logística Interna.

Este viernes, el Gobierno anunció que la suspensión temporal de la exportación de aceite comestible tendrá “nula” afectación a la industria oleaginosa y que será levantada una vez se garantice la provisión del producto a precios accesibles para la población. La medida, asumida con carácter urgente, busca proteger la seguridad alimentaria ante el aumento de costos en los mercados nacionales.

Prensa Libre

El viceministro de Comercio y Logística Interna, Grover Lacoa, destacó que la exportación acumulada hasta el 4 de diciembre alcanzó las 116.667 toneladas, lo que representa el 99,56% del total registrado en 2023. “La afectación que dicen (los exportadores) que podría existir es básicamente nula, porque los contratos suscritos están prácticamente cumplidos”, afirmó.

Asimismo, aclaró que la suspensión se aplica únicamente al aceite refinado, mientras que otros derivados como la torta de soya, harina de soya y aceite bruto podrán seguir exportándose con normalidad.

Por su parte, el viceministro de los Derechos del Usuario y Consumidor, Jorge Silva, enfatizó que la medida es temporal y aseguró que será levantada en el corto plazo una vez que la industria garantice el producto a precio justo.

Reacciones del sector exportador

La Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb) expresó su desacuerdo, calificando la medida como “desesperada” y advirtiendo que tendrá repercusiones en el sector agroindustrial, que aporta divisas al país mediante las exportaciones.

En respuesta, el viceministro de Políticas de Industrialización, Luis Siles, negó que la decisión haya sido “arbitraria” y reiteró que los certificados de exportación serán reactivados cuando se normalice la provisión interna del producto.

El Gobierno asegura que la medida busca equilibrar el mercado interno y proteger el acceso de las familias bolivianas a productos básicos, mientras que el sector exportador alerta sobre los posibles impactos en la economía nacional.