Familiares de 6 feminicidas los ayudaron a huir o encubrieron
En lo que va del año, familiares y amigos de al menos seis feminicidas los ayudaron a escapar, esconderse y hasta manipular las evidencias para evadir a la justicia, según la Policía, activistas y familiares.
“Evidentemente, los familiares y amigos ayudan a los feminicidas a esconderse”, denunció Nilda Coca, representante de Mujeres de Fuego, colectivo que ayuda a víctimas de feminicidio.
El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia de La Paz, Jhonny Vega, dijo que “en muchos de los casos, los familiares del que causó la muerte de una mujer lo colaboraron para que pueda huir”.
Coca indicó que en muchos casos, los amigos ayudaron a los agresores “armando coartadas y hasta ocultando evidencias”.
De acuerdo con un recuento que realizó Página Siete, en al menos seis de los 23 feminicidios que se registraron en lo que va del año, los familiares ayudaron a los autores de los crímenes a escapar, esconderse y ocultar las evidencias del caso.
En los feminicidios de Valeria Mercado y Wilma Fernández que se registraron en La Paz, la Policía indicó que primero los agresores actuaron solos, pero después la entidad aseguró que investigan si existen familiares y amigos involucrados.
“La participación criminal se establecerá en la investigación, no hay que olvidar que en un hecho, uno puede ser autor, coautor, instigador o cómplice”, dijo el coordinador de la Fiscalía especializada en Delitos contra la vida, Edwin Sarmiento.
Respecto al primer caso, Sarmiento dijo que la Policía evidenció que el acusado del feminicidio de Wilma informó a través de unos mensajes a un amigo que él habría tenido un accidente con otra persona en Luribay. “A esa persona también la llamaremos a declarar”, agregó.
Un familiar de Wilma pidió la ampliación de la investigación al hermano y a la mamá de Jhasiro Hayakawa -que fue enviado ayer la cárcel de Chonchocoro- porque “serían las personas que lo ayudaron en el crimen”.
Como segundo caso, la familia de Valeria Mercado pidió la ampliación de la investigación a la familia de José Luis Almanza, enviado a la cárcel por este feminicidio. “Él no pudo actuar solo, se debe investigar a su madre y al entorno familiar del asesino de mi prima”, aseguró una familiar de la joven.
El tercer caso es el de Pamela Rocha, quien fue asesinada por su exesposo, Oswil Josue Fhillco, en Potosí el 7 de marzo. El agresor huyó con la ayuda de su familia a Argentina, donde se escondió en la casa de su hermana. Ya fue detenido. “Hasta la fecha no lo trajeron”, dijo la abogada de la víctima, Anahí Iporre. “Se investigará a su entorno”, dijo. La mamá del agresor fue imputada por complicidad.
El cuarto caso se refiere al feminicidio de Vania, quien fue asesinada el 18 de febrero por su pareja, Vladimir Irahola. Él llamó a su papá militar, quien lo acompañó a declarar a la Fiscalía. Alegó que ella se suicidó y la Fiscalía no emitió una orden de aprehensión en su contra.
A partir de ese momento, Vladimir se valió de sus familiares y amigos para evadir la justicia. El padre fue acusado, primero por encubrimiento, pero después la Fiscalía lo acusó como coautor porque ayudó a escapar a su hijo y porque presuntamente enseñó a su hijo a manipular la escena del crimen. En el caso también están involucrados la madrastra y un amigo del agresor.
El quinto caso es el de Diana Porcel, la radialista que fue asesinada en febrero en Santa Cruz. El padre de la víctima dijo que el principal acusado, Carlos Vargas, obtuvo protección. “Él recibió la colaboración de amigos, de su entorno político”, dijo.
En el sexto caso, las autoridades indicaron que el feminicida serial, Richard Choque, gozó del encubrimiento de su madre, hermana y tío, quienes hoy están en la cárcel. Según las familias de las víctimas, los acusados no denunciaron los crímenes que Choque cometió en su casa.
Fuente: Pagina Siete