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Hay decenas de muertos en Kazajistán por revuelta social, éstas son las razones

La República de Kazajistán vive este jueves el quinto de día de manifestaciones y un levantamiento social y político que hasta ahora se salda con decenas de muertos. El estallido social aparentemente comenzó con la subida del precio del gas, pero tiene un largo recorrido.

Las protestas se han extendido a varias ciudades en todo el país, desde Almatí a Janaozen, al igual que los enfrentamientos con la policía. Este miércoles, un grupo de manifestantes también tomó el aeropuerto de Almatí -urbe más grande del país y antigua capital-. Y, en medio de las tensiones y el descontento social, el Gobierno decidió cortar el Internet en todo el país.

La policía mató a «decenas» de manifestantes en la noche del miércoles al jueves cuando intentaban irrumpir en edificios administrativos en Kazajistán, anunció la policía de este país de Asia central sacudido por protestas sin precedentes desde el primer día del 2022.

«La pasada noche, las fuerzas extremistas intentaron irrumpir en edificios administrativos, en el departamento de la policía de la ciudad de Almaty, así como en departamentos locales y comisarías de policía», declaró el portavoz de la policía Saltanat Azirbek, citado por las agencias Interfax-Kazakhstan, TASS y Ria Novosti.

«Decenas de atacantes fueron eliminados», añadió, precisando que se estaban llevando a cabo las identificaciones. En las imágenes difundidas por los medios y las redes sociales se podían ver comercios saqueados y varios edificios administrativos atacados e incendiados en Almaty. Se oían disparos de armas automáticas.

Rusia y sus aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) anunciaron el jueves el envío de una «fuerza colectiva de mantenimiento de la paz» a Kazajistán, como lo pidió esta antigua república soviética, donde se están produciendo inéditos disturbios a raíz de las protestas contra el aumento del precio del gas.

El gobierno kazajo, presidido por Kassym Jomart Tokayev, había impuesto previamente el estado de emergencia sólo en Almaty, la capital financiera del país, así como en la provincia de Mangistau y en la capital administrativa, Nur Sultan.

El estado de emergencia «restringe la libertad de movimientos, incluyendo a los transportes», y prohíbe los «eventos masivos y reuniones familiares por nacimientos, bodas y velatorios», señalan los informes. El estado de emergencia también introduce un toque de queda entre las 23H00 y las 07H00 locales.

La Unión Europea (UE) hizo un llamamiento a la «responsabilidad y moderación» a todas las partes involucradas en protestas y disturbios por el alza del precio del gas en Kazajistán, que han llevado a la dimisión del Gobierno en el país.

«Hacemos un llamamiento a todas las partes implicadas para que actúen con responsabilidad y moderación y se abstengan de realizar acciones que puedan conducir a una mayor escalada de violencia», dijo en un comunicado un portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior.

El servicio diplomático comunitario subrayó que espera que las protestas «sigan siendo no violentas y eviten toda incitación a la violencia» e instó a las autoridades kazajas a «respetar el derecho fundamental a la protesta pacífica y la proporcionalidad en el uso de la fuerza cuando defiendan sus legítimos intereses de seguridad».

Las razones del conflicto

El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, aceptó la dimisión del Ejecutivo tras las masivas protestas de los últimos días, que se intensificaron el miércoles y llevaron a las autoridades a extender el estado de emergencia a todo el territorio nacional. El origen de este estallido social, lejos de centrarse en la subida del precio del gas licuado, que fue el detonante de las manifestaciones, reside en determinantes sociopolíticos de décadas de recorrido en la nación centroasiática.

El precio del gas licuado de petróleo aumentó casi al doble cuando el Estado dejó de controlarlo y pasó a ser fijado por el mercado, para garantizar así su suministro. Esto dio inicio a las manifestaciones en la localidad occidental de Janaozen, para extenderse rápidamente a otras partes del país.

Esta situación puso contra las cuerdas al Ejecutivo del presidente Kassym-Jomart Tokáyev, que retiró la reforma y pidió el fin de las manifestaciones. «Para garantizar la estabilidad en el país, el Gobierno ha decidido reducir el precio del gas licuado en la región de Mangistau a 50 tenges por litro», anunció el mandatario este 5 de enero a través de redes sociales.

El dato curioso es que, tras la intervención del Gobierno, el precio del gas está por debajo de lo que estaba hace unos días. Pero el descontento, que pareció empezar con algo muy concreto, se ha amplificado ahora a una serie de demandas políticas.

El rey detrás del trono

El presidente Tokáyev dijo que no abandonará la capital, Nur-Sultán, «pase lo que pase». También advirtió que las fuerzas de seguridad actuarán «con mayor dureza» contra los manifestantes. Un último resorte para intentar controlar la situación en el noveno país más extenso del mundo.

Nursultan Nazarbáyev juramentó como presidente de la nación en 1991 y, desde entonces, son muchos los politólogos que señalan que no ha abandonado nunca el poder. Ni siquiera en 2019, cuando anunció su retirada de la presidencia, pero siguió al frente del Consejo de Seguridad Nacional -posición a la que ha tenido que renunciar con las protestas- y del partido Nur-Otan.

A pesar de que la Constitución de Kazajistán sostiene que un presidente no puede ser reelegido más de dos veces, Nazarbáyev aprovechó el matiz de esta que señala que «la restricción no se extenderá al primer presidente de la República de Kazajistán».

De hecho, tras su cese como mandatario, el culto en torno a su personalidad se acrecentó. El 1 de diciembre, el Banco Central de Kazajistán anunció la introducción de un nuevo billete de 20.000 tenges -unos 40 euros- para conmemorar los 30 años de la independencia del país. Los billetes incluían un retrato de la cara del exmandatario, en una fecha que coincidía también con el treinta aniversario de los primeros comicios presidenciales.

El mismo día que anunció su renuncia como presidente, en marzo de 2019, la capital del país cambió su nombre de Astaná a Nur-Sultán. Y, desde su jubilación, se han erigido tres estatuas del denominado «padre de la nación» a la largo de todo el territorio -en la Universidad de Defensa Nacional, en la ciudad meridional de Turkestán y en la capital-.

Consolidado como el líder más longevo que ha tenido la región, a sus 81 años muchos ciudadanos lo acusan de permanecer de forma omnipresente en el poder. De hecho, uno de los lemas más repetidos durante estas manifestaciones es «¡que se vaya el viejo!», en referencia al exmandatario.

También son muchos los disidentes con el Gobierno que han acusado al presidente Tokáyev de ser un testaferro del antiguo dirigente. Un descontento por falta de claridad política que ha ido calando en la sociedad kazaja, junto a los altos índices de corrupción.

La relación con Rusia

Antiguo miembro de la extinta Unión Soviética, Kazajistán mantiene estrechas relaciones con Rusia. Con una gran población procedente del país vecino, el ruso es, junto con el kazajo, idioma oficial del país. De hecho, durante la época de la URSS, los kazajos llegaron a ser menos en población que los rusos.

Actualmente, Rusia es el mayor destino de importaciones de Kazajistán y donde se destina gran parte de la producción del país de Asia central, con una alianza tácita que se remonta a los tiempos de la Unión Soviética.

Con temor a una situación similar a la de Ucrania o Belarús, Rusia prometió su apoyo “no militar” a la exrepública soviética, ya que las fuerzas de seguridad nacionales están desbordadas por los altercados.

No obstante, Kazajistán solicitó este miércoles ayuda a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), alianza militar que agrupa a seis antiguas repúblicas soviéticas, entre ellas Rusia, para poner fin a los disturbios masivos, a los que calificó de «amenaza terrorista». Tras lo que el país, vecino y aliado, anunció que mandará un «contingente de paz» al territorio centroasiático para «mantener la estabilidad».

La riqueza y la importancia geopolítica de Kazajistán

Kazajistán dispone de enormes reservas de metales y petróleo. El país es miembro de la OPEP+, la asociación de exportadores de petróleo junto a países como Rusia.

Por este motivo, goza de grandes alianzas con Rusia y China, sus principales clientes. Relaciones que han generado tensiones con Occidente y por las que el presidente Tokáyev ha acusado a las potencias occidentales de mandar a «una banda de terroristas internacionales» al país.

La nación centroasiática es de lejos la más rica de la región. Pero, a pesar de tener un sueldo medio cercano a los 500 euros, su economía se ha visto perjudicada por la pandemia de Covid-19.

Fuente: Urgente.bo

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