
- Bolivia al borde del abismo: Deuda pública supera el 80% del PIB según FMI El organismo internacional alerta sobre una crisis fiscal y recomienda cambios urgentes para evitar un colapso económico.
En un informe pone en jaque la estabilidad económica de Bolivia, la junta ejecutiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó que la deuda pública del país supera ya el 80% del Producto Interno Bruto (PIB). Este dato, contenido en un análisis exhaustivo sobre la economía boliviana correspondiente a 2023 y proyecciones iniciales de 2024, enciende las alarmas sobre la sostenibilidad del modelo económico vigente.

Según el reporte oficial del FMI, «la deuda pública aumentó a casi el 84% del PIB a finales de 2023», un nivel considerado crítico por los expertos internacionales. La evaluación también destaca los riesgos asociados al continuo endeudamiento interno, impulsado principalmente por los préstamos otorgados por el Banco Central de Bolivia (BCB) a empresas estatales y otras instancias gubernamentales.
El organismo advierte que las actuales políticas económicas son insostenibles y subraya la necesidad de implementar cambios urgentes para evitar «un ajuste desordenado» que podría tener graves consecuencias sociales y económicas. En este contexto, los directores del FMI han hecho un llamado al gobierno boliviano para adoptar una combinación de medidas que incluyan un ajuste fiscal gradual durante los próximos años y una posible devaluación inicial. Estas acciones, según el organismo, serían clave para corregir el desequilibrio externo y permitir la acumulación de reservas internacionales.
Por su parte, el economista Gonzalo Chávez ofreció una perspectiva crítica sobre la situación. «De este monto, la deuda externa representa algo como 30%, mientras que la deuda interna asciende a 56,6%», explicó. Chávez también señaló que «(Luis) Arce sigue en la negación total, convencido de que esto es un problema de doble contabilidad», lo que, según él, agrava aún más la crisis fiscal y el endeudamiento descontrolado.
El informe del FMI no solo menciona el crecimiento exponencial de la deuda, sino que también resalta otros problemas estructurales que afectan al país. Entre ellos, la escasez crónica de divisas e hidrocarburos, así como la posibilidad de enfrentar una crisis cambiaria en el corto plazo. Desde el organismo internacional expresaron su preocupación por las bajas reservas internacionales, el financiamiento fiscal incierto y las presiones en los mercados paralelos de divisas, factores que complican aún más el panorama económico.
Ante este complejo escenario, el FMI ha pedido un compromiso constructivo continuo por parte del gobierno boliviano para implementar políticas sostenibles que garanticen la estabilidad económica. Sin embargo, el tiempo parece estar en contra de las autoridades nacionales, quienes deberán tomar decisiones difíciles para evitar que el país caiga en una crisis mayor.
Mientras tanto, la población boliviana observa con preocupación cómo se desarrolla esta situación crítica, consciente de que cualquier ajuste o medida drástica tendrá un impacto directo en su calidad de vida. El futuro económico de Bolivia está en juego, y las próximas decisiones marcarán el rumbo de una nación al borde del precipicio.