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Con rezos y cánticos, familias “despidieron” a seres queridos

Como todos los años, las tradiciones bolivianas salieron a relucir en la festividad de Todos Santos con rituales propios de la multifacética cultura del país.

Cientos de personas acudieron a los cementerios desde tempranas horas de la mañana. La población llegaba a los cementerios para compartir aquellos alimentos que eran de preferencia de quienes dejaron este mundo, pero que en vida dejaron huellas de vida en sus descendientes.

Según se cuenta, la tradición en el armado de mesa incorporó alimentos y bebidas que en vida gustaba a los difuntos. A través de Padre Nuestros, Ave Marías y expresiones de cariño y afecto, las familias hicieron su recordatorio a los seres queridos.

Cada familia llevó en sendos bultos los tradicionales panecillos, las T´anta Wawas, escaleras, suspiros, maicillos, bizcochuelos y otras preparaciones que fueron acompañadas por rezos y cánticos.

Según la costumbre, el recibimiento de las almas cada 1 de Noviembre compromete el ritual al menos por tres años consecutivos para luego “despachar con tranquilidad” a las alamas. Otras familias prefieren reunirse para repetir de generación en generación las mismas costumbres.

ORACIONES

Varios denominados “resiris” entre adultos y niños acompañaron ayer a las familias con solemnes oraciones, asimismo grupos de jóvenes con guitarras en mano ofrecieron cánticos populares a las almas con sentidos ramilletes musicales.

Fueron varias las mesas que se armaron en el Cementerio General, cada “resiri” (persona que reza), caminaba con un saquillo en hombros para recibir la esperada retribución en alimentos.

De la misma manera en el Cementerio Jardín, las familias acudieron para expresar su reconocimiento religioso a quienes formaron en algún momento de su historia familiar el legado para las generaciones futuras.

La población permaneció desde horas de la mañana hasta el mediodía. Una leve lluvia a media tarde no fue óbice para que los allegados permanezcan en el cementerio hasta el final de la tarde.

FRUTA Y PASANKALLAS

En tanto el comercio se apostó en proximidades de los camposantos, ofreciendo flores, frutas, pasankallas, masitas, entre otros.

Cada primero de noviembre se reproducen casi sin variaciones las plegarias y según la creencia popular las almas llegan a sus moradas terrenales para recibir el afecto y el recuerdo de sus allegados.

Para el acontecimiento, la Policía movilizó 5.000 efectivos en el territorio nacional para resguardar la seguridad de la población. Asimismo se desplegaron guardias municipales para controlar el expendio de bebidas alcohólicas que no faltan en estas ocasiones.

El Diario

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