Reprochan la «hipocresía» del discurso ecológico que busca rédito electoral con incendios en la Chiquitania
El sociólogo Yuri Tórrez reprochó la «hipocresía» del discurso ecológico que usan algunos actores políticos del país en busca de un rédito electoral aprovechando los incendios forestales que afectan a la Chiquitania boliviana.
«En nombre de la naturaleza, muchos cavernarios depredadores enmascarados de ambientalistas y pachamamistas salieron de sus covachas gritando a los cuatro vientos quiénes son los culpables de la calamidad ambiental que sufre la Chiquitania. Si ningún sonrojo, se rasgan las vestiduras y protestan contra el daño cometido contra la Madre Tierra. Y otros más cínicos hablan del dolor de la Pachamama», remarcó en un artículo publicado el martes en el diario La Razón.
A su juicio, el discurso ecológico tiene la ventaja de ser creíble y de interpelar y, además, es políticamente correcto, al igual que el discurso democrático; sin embargo, «muchos cabalgan sobre ambos discursos -el ambientalista y el democrático- a sabiendas de que pueden obtener muchos réditos, particularmente en tiempos electorales».
«La ecología aglutina a moros y cristianos. Y en un cerrar de ojos, un confeso consumidor de hamburguesas se convierte en defensor recalcitrante del medio ambiente. Así afloran los simplones ambientalistas ofendidos, quienes, sentados cómodamente en sus sofás, tomando una Coca-Cola, observan en sus televisiones inteligentes (Smart Tv) las imágenes apocalípticas, casi cinematográficas, del incendio del Bosque Seco Chiquitano. Y simultáneamente teclean en sus celulares manifestando su indignación beatona por este desastre ecológico», subrayó.
Tórrez consideró que el fuego en la Chiquitania ha encendido un «espíritu ambientalista falso» y una «falsa militancia verde».
En esa línea, señaló que el discurso ecologista se usa en contiendas electorales para destruir la imagen del enemigo y en un mero pretexto para aparecer ante los ojos de los otros como sensible ante la Madre Tierra.
«Entonces, los incendios infernales en la Chiquitania no solo están cercenando árboles, matando animales, intoxicando ríos, contaminando el aire, afectando a la salud de los indígenas de las zonas afectadas, sino que, además, paradójicamente, ha develado la hipocresía del discurso ecológico», remarcó Tórrez.
Más de 7 millones de ciudadanos bolivianos sufragarán en las elecciones del próximo 20 de octubre, para elegir al presidente, vicepresidente y legisladores.
rm/rsl ABI