- Activistas y abogados piden avances en la investigación del feminicidio
En una jornada marcada por la búsqueda de justicia y la exigencia de protección para testigos clave, familiares de Odalys Vaquiata acompañados por la activista Melania Torrico, se presentaron en el Ministerio Público. Sin embargo, su solicitud de reunirse con el fiscal departamental, Williams Alave, no fue atendida.
Melania Torrico, firme en su reclamo de justicia, presentó pruebas contundentes ante las autoridades, subrayando la importancia de un testigo cuya identidad debe ser protegida por seguridad. «Esta semana el caso debería resolver con la declaración de este testigo clave y la localización del cuerpo de Odalys», afirmó Torrico.
Por su parte, los abogados de la familia Vaquiata solicitaron una nueva inspección técnica en la zona entre Tocaña y Yolosita, donde se presume que Odalys podría estar enterrada. Giovanni Gonzales, abogado de la familia, enfatizó la urgencia de realizar allanamientos y rastrillajes pertinentes en el área.
En paralelo, se informó que padres de Joel P. G., principal sospechoso del feminicidio, han sido detenidos preventivamente. Ruddy P. G. y Betty G. C. se encuentran recluidos en diferentes penales mientras avanza la investigación.
Situación Familiar Desgarradora
La madre de Odalys, Mabel Quispe, visiblemente afectada, compartió el dolor que la embarga desde la desaparición de su hija. «Mi nieto no quiere separarse de mí, vive aterrado pensando que si salgo de casa, no volveré», lamentó entre lágrimas.
Además, la salud del padre de Odalys se encuentra nuevamente comprometida, requiriendo atención médica urgente. «Son tres meses de agonía buscando a mi hija, necesito justicia. Los que están en la cárcel deben decir la verdad de una vez por todas», imploró Mabel Quispe con profundo pesar.
El desarrollo reciente de la investigación ha pivotado tras una inspección técnica crucial y el análisis de llamadas telefónicas, que han evidenciado contradicciones significativas en las declaraciones de Joel y sus padres. Esta situación ha llevado a redirigir el enfoque del proceso investigativo, pasando de trata y tráfico a feminicidio.
«Con mis propias manos iría a desenterrar a mi hija. Todos los días le pido a Joel que diga dónde está. Pero acercarme a esa familia es arriesgarme a ser detenida por hostigamiento. Es hora de que dejen de mentir», concluyó Mabel Quispe en un llamado desgarrador a la verdad y la justicia.