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Explosión de Oruro: familia vive un drama y pide ayuda

Gladis Mamani, de 21 años, llegó ayer en la madrugada a la ciudad de La Paz con el objetivo de pedir ayuda para sus padres y hermano, víctimas de la explosión que se registró en el Carnaval del año 2018 en la ciudad de Oruro.

La joven contó que por este hecho su papá perdió la pierna izquierda, su mamá aún padece fuertes dolores en los brazos y su hermano de seis años perdió el ojo derecho y cada año requiere el cambio de una nueva prótesis.

“Las personas creen que nos dieron una indemnización, pero no es verdad. No nos dieron nada, menos dinero. Se hicieron cargo de los medicamentos hasta abril del año pasado. Después, la recuperación fue por nuestra cuenta”, declaró Gladis.

La joven llegó por un día a La Paz para solicitar además un trabajo que se acomode a la situación de su papá.

Recordó que sus padres y hermano fueron a la entrada del Carnaval de Oruro el 10 de febrero del año 2018. Pidieron un plato de comida y fue en ese instante que se registró la primera detonación que mató a ocho personas y dejó a 50 heridas, varias de ellas aún sufren por las secuelas. Hay muchos que quedaron ciegos y sordos, otros perdieron extremidades del cuerpo, como sucedió con la familia de Gladis.
El padre de Gladis tras la operación del 26 de marzo.

Después de la explosión fueron internados en el Hospital Obrero de Oruro. En esa oportunidad el presidente Evo Morales se comprometió a “prestar ayuda necesaria”, pero cuando fueron dados de alta ya no recibieron nada.

El padre de Gladis consiguió una prótesis para caminar gracias a una campaña de solidaridad. Su único sueño ahora es que su hija continúe con su carrera de ingeniería.

Pero, la joven abandonó sus estudios para ayudar a su familia. Y es que su papá ya no tiene la posibilidad de volver al oficio de albañilería y por su sordera ya no puede conseguir un trabajo en Oruro.

Para sostener a su familia, Gladis dejó la universidad para trabajar en una fotocopiadora, en un casa como niñera y en varias tareas de limpieza. “Ganaba 30 bolivianos por mediodía y 50 por día completo, desde las 8:00 hasta las 21:00. No me alcanzaba el dinero para pagar las medicinas. Costaban, por ejemplo, entre 70 y 80 bolivianos”, relató. “ Los análisis que me pedían para mi hermano también eran caros”, contó y añadió que al final del día, sólo llevaba algo de comer a su casa.

La situación se agravó este año cuando detectaron unas astillas en las piernas de su padre y hermano que no fueron descubiertas después de las primeras intervenciones. Nuevamente, la joven tuvo que peregrinar de un lado a otro para conseguir ayuda. Contó que el hospital accedió a operar a sus familiares sin costo el pasado 26 de marzo. Aseguró que ahora los medicamentos y rehabilitación posterior deben correr por su cuenta.
La madre aún tiene dolores en los brazos.

“Vine a La Paz para pedir ayuda porque ya no puedo sostener a mi familia. No sé de dónde sacar dinero para la prótesis de mi hermano y para la rehabilitación de mi papá”, añadió la joven.

En febrero de este año, el viceministro de Régimen Interior, José Luis Quiroga, declaró que el caso fue archivado. “Lastimosamente en la fase procedimental de la investigación y la fase preparatoria del juicio no han podido fundamentar una acusación. Ello ha significado que el proceso sea archivado”, dijo la autoridad hace poco más de un mes.

Las personas que desean ayudar a Gladis se pueden comunicar al celular 672 31351.

Pagina Siete.

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