
Población despide a los dos niños asesinados y da consuelo a su mamá
Ni bien ingresó al salón velatorio, una mujer se acercó a Yessenia, la mamá de los niños que fueron asesinados por su padre en la zona de Villa Pabón, de La Paz. “Mis sentidos pésames señora”, le dijo, mientras le daba un abrazo y dos obsequios: un rosario y la imagen de una Virgen.
“Sé que nada te ayudará a reponerte de este dolor, pero por lo menos debes tener fe en la Virgen. Este rosario es para que te ayude a buscar consuelo en su regazo”, le dijo la mujer a la mamá de los niños.
La mujer no es familiar ni amiga de los dolientes, pero acudió al velorio de los niños en el salón Manantial de la zona Callampaya, a unos pasos del Cementerio General, para rezar.
Al igual que la mujer, decenas de personas llegaron al lugar para despedir a Caleb, de 10 años, y Misha, de seis años, los dos niños que murieron el martes en la madrugada degollados por su progenitor, Miguel, en una habitación de Villa Pabón.
“No los conocía, pero me duele saber cómo fallecieron estos angelitos”, dijo doña Laura, quien rezó y dio el pésame a los dolientes.
José, vecino de Villa Victoria, escuchó en la radio que los niños eran velados en inmediaciones del Cementerio General y decidió acudir al salón llevando un ramo de flores.
Yessenia recibía los pésames de los presentes, quienes le repetían palabras como “resignación”, “fortaleza” y “fuerza”. Ella está en shock desde que descubrió el crimen.
En el velorio y pese a sentir un dolor indescriptible, la mamá de 30 años relató que el verdugo de sus niños era una persona muy celosa, pero indicó que ella nunca se imaginó que él se atrevería a realizar algún tipo de daño a sus retoños. “Mis hijos eran todo para él. Nunca los golpeó. Él siempre los defendía cuando yo les reñía”, sostuvo.
Dijo que él controlaba todo lo que ella hacía. “No quería que hablara ni siquiera con mi familia”, indicó. Agregó que ella creía que su esposo era desconfiado y celoso porque fue criado por su abuela, ya que es huérfano de padre y madre.
Aseguró que ella siempre discutía con el papá de sus hijos por problemas económicos. “Miguel no tenía un trabajo estable, entonces yo llevaba dinero al hogar porque trabajaba en un salón de peinados porque estudié belleza integral”, contó.
El dinero que generaba en el salón no era suficiente, por eso ella también ayudaba en la atención de la tienda de su mamá. Así conseguía algunos ingresos.
Según Eda, la abuela de los niños, Miguel era un hombre machista porque no le gustaba que su hija llevara dinero a su casa. “Hasta le molestaba que mis nietos vayan a verme. Yo una vez le dije: ‘Quiero ver a los niños, soy su abuela’’’, comentó.
Contó que ella veía a los niños, quienes se quedaban en su casa para hacer tareas, mientras su mamá Yessenia pasaba clases de fisioterapia.
“Miguel me iba a recoger al instituto. Vinculó mi celular al suyo para controlar y leer todos mis mensajes. Como yo no tenía nada que ocultar, le dije que lo haga”, relató la mamá.
El lunes, Miguel encontró a Yessenia saliendo de su instituto con un compañero y su enamorada. Se acercó y la golpeó, luego llevó a sus niños a su casa y los asesinó en la madrugada.
La directora del colegio donde estudiaban los niños, Jeanethe Apaza, dijo que nunca vio alguna señal de violencia en la familia. “La mamá era representante del curso”, explicó, e indicó que ayer se declaró duelo en toda la escuela. Hoy será el entierro de los dos niños.
Fuente: Pagina Siete