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El gatillero de San Ramón acabó con la vida de Fari en cuestión de minutos

En medio de la música y los gritos de la gente, Tingo, “el gatillero de San Ramón”, lanzó la frase: “A los locos se los cura a palos”. Minutos después acabó con la vida de Fari Adolfo Raslan Román, a quien le disparó cinco veces tras perseguirle en medio de la fiesta del pueblo. Ambos habían discutido, pero los testigos advirtieron al atacante que la víctima tenía problemas mentales, por lo que no debía tomar como una agresión su comportamiento.

“Este hombre (Tingo) vive armado, ya tiene antecedentes de hace dos años, cuando disparó a otro joven, pero lo arregló con dinero, pero conmigo no hará lo mismo, no sabe con quién se metió, no ha matado a un perro, mató a mi hijo”, dijo entre lágrimas la concejala Magdaly Román, madre de Fari, en contacto con Página Siete.

La madre de la víctima afirmó que los testigos identificaron a Asad Jamal A.R., alias Tingo, como el autor del asesinato de su hijo. Un día antes, Fari había celebrado junto a su familia su cumpleaños número 27.

El hecho ocurrió a las 2:00 del martes 30 de agosto, en medio de la fiesta que se vivía en las calles del municipio de San Ramón, Beni, por la celebración de sus 230 años de fundación.

“Pido justicia por el asesinato de mi hijo, no le hizo nada a este hombre. Incluso le dijeron que Fari tenía problemas en la cabeza, él (Tingo) lo conocía a mi hijo, como todos en el pueblo, y dice que (Tingo) respondió: ‘A los locos se los cura a palos’. Esas fueron sus palabras. Mi hijo huyó y se ocultó en otra carpa, pero hasta allá fue (Tingo) y le dio los tiros”, relató la madre.

Román, su familia y amigos enterraron ayer el cuerpo de Fari. Los testigos contaron que su asesino lo alcanzó luego de que tropezó con un recipiente con agua y su víctima cayó al piso. Fue cuando Tingo disparó cinco veces, uno de los proyectiles dio en la cabeza y minutos después le causó muerte cerebral.

Los amigos de la víctima lograron trasladar a Fari hasta Trinidad, pero su muerte fue inevitable para el personal médico. Entre tanto, el asesino había logrado huir. Tingo, de 37 años, también radica en San Ramón junto a su familia.

Un video que circula en redes sociales muestra los instantes después de que Tingo disparó a Fari. Un grupo de hombres saca su cuerpo de una carpa, tomándolo por los brazos, boca abajo, y lo sube a una camioneta, en medio de la consternación de la gente.

El fiscal departamental de Beni, Ruthiar Vásquez, informó que se abrió una investigación de oficio y que se emitieron una orden de aprehensión y una alerta migratoria contra el sospechoso. “Una vez que tomamos conocimiento de lo ocurrido, realizamos los actos investigativos de acuerdo con el procedimiento, como el procesamiento de la escena del crimen, entrevista a testigos presenciales del hecho, autopsia médico legal realizada por el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF)”, señaló el fiscal Vásquez.

La víctima perdió la vida debido a un traumatismo cráneo encefálico penetrante por acción de proyectil de arma de fuego, precisó el funcionario.

Por los datos recolectados, la Policía descartó que el crimen esté relacionado a un ajuste de cuentas por narcotráfico, como sucede en la mayoría de los casos que se registran en esa región, cuando se habla del uso de armas de fuego.

“Fueron amigos, él conocía a mi hijo. Recientemente, en Guayaramerín (Tingo) tuvo problemas por otra balacera, pero lo arregló con dinero, anda siempre armado”, reiteró la consternada madre.

Román precisó que desde hace dos meses su hijo estaba en tratamiento por una enfermedad que le afectaba la cabeza, por lo que a veces presentaba cambio de humor repentino, pero que no representaba peligro para nadie. Dijo que cuando le dispararon Fari no estaba armado.

Una de las últimas fotos que la concejala posteó en su muro de Facebook fue una imagen de ella y Fari con una dedicatoria. “Hijo de mi vida. Doy gracias a Dios por tu vida, por cuidarte y protegerte siempre, te amo infinito, feliz cumpleaños mi gordito hermoso”, escribió el 29 de agosto.

La madre dijo que Fari no estaba casado y si bien no tenía una profesión definida, “él no le huía a ningún trabajo”.
“En Guayaramerín (Tingo) tuvo problemas por otra balacera, pero lo arregló con dinero. Andaba armado”.
Concejala Magdaly Román

Fuente: Pagina Siete

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